A pesar de ser una zona con escasez de agua en superficie, Bácor-Olivar es uno de los pueblos con mayor riqueza en aguas subterráneas. Prueba de ello son sus fuentes, que han sido históricamente un elemento vital para sus habitantes. Entre ellas destaca El Caño, ubicado al pie de la carretera GR-7100, el mismo eje que atraviesa el pueblo y lo conecta con todo el pueblo.
El Caño no solo ha sido un punto de abastecimiento de agua, sino también un lugar de encuentro y trabajo. Aquí, los vecinos llenaban sus cántaros para llevar agua a sus casas, las mujeres lavaban la ropa en su lavadero, y las bestias, esenciales para el transporte, saciaban su sed tras largas jornadas de esfuerzo. Este rincón conserva el encanto de tiempos pasados, con el murmullo del agua fluyendo como testigo silencioso de la historia del pueblo.
Las fuentes de Bácor-Olivar, además de su utilidad, embellecen el paisaje con su frescura y su sonido constante. En un entorno donde predominan los tonos ocres de los badlands del Geoparque de Granada, el agua se convierte en un elemento de vida y contraste. Así, estas fuentes no solo han sido esenciales para la supervivencia del pueblo, sino que también añaden un toque de serenidad y belleza a su entorno histórico y natural.
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