Mencionado en fuentes califales durante las guerras entre Abderramán III y los rebeldes muladíes de Ibn Hafsún, en las cuales la fortaleza fue tomada en el siglo IX, este enclave se sitúa en la parte alta del pueblo. Conserva una torre desde la que se pueden disfrutar de impresionantes vistas de toda la vega de Bácor, del Olivar y del conjunto del pueblo, con sus característicos asentamientos en casas-cueva, enclavadas en los famosos badlands del Geoparque de Granada.
Este lugar no solo destaca por su historia y su estratégica ubicación, sino también por su singular paisaje, moldeado por siglos de erosión. Sus casas-cueva, adaptadas perfectamente al entorno natural, ofrecen un testimonio vivo de la tradición y la arquitectura troglodita de la región, convirtiéndolo en un destino de interés tanto para historiadores como para viajeros en busca de paisajes únicos.